Mayo es para la tradición católica el mes de la Virgen María. En Su honor, se ha llevado la restauración de una talla policromada de la Virgen y el Niño realizada por el escultor Francisco de la Maza y policromada originalmente por Cosme de Azcutia. La imagen puede verse desde esta semana en la cuarta sala de la planta principal del Museo de los Caminos que aloja el Palacio de Gaudí en Astorga.

El proceso de restauración ha estado a cargo del equipo de Proceso Arte8 y dirigido principalmente por Luisa Castillo Vela. La escultura de madera está fechada en 1579 y procede del Monasterio de San Esteban de Nogales. El proceso de restauración se enmarca dentro del trabajo que Arte8 está llevando a cabo con algunas piezas del Palacio de Gaudí en su nuevo proyecto de musealización.

Imagen completa de la escultura de la Virgen con el Niño.

Los trabajos de recuperación de la Virgen y el Niño de San Esteban de Nogales se dirigen principalmente a frenar el deterioro que ha provocado suciedad, numerosas pérdidas de volúmenes y craquelado de la pintura, explica Luisa Castillo Vela. La pieza está realizada por el escultor Francisco de la Maza, un artista conocido principalmente por sus tallas en la zona vallisoletana y a quien se atribuye también su participación en el retablo mayor de la catedral de Astorga a las órdenes del maestro Gaspar Becerra.

Una de las peculiaridades de la imagen que se pueden ver a día de hoy en el Museo de los Caminos de Astorga es la existencia de dos policromías que conviven en la misma talla. Fue Cosme de Azcutia quien realizó la primera policromía, un trabajo de gran calidad y detallado que denotan una obra de arte en sí misma. Sin embargo, con el paso de los años, la escultura de madera fue nuevamente policromada para conservar la obra de arte original. La datación de la policromía es lo suficientemente antigua como para merecer ser conservada.

Hoy, en el Palacio de Gaudí, pueden observarse pequeños indicios de la policromía original, una conservación intencionada para mostrar tanto el esplendor original como el esplendor actual de la obra de arte. En el rostro de la Virgen, así como en el brazo izquierdo del niño, se pueden apreciar los restos de la policromía original debajo de la segunda capa de policromía.

En el costado y espalda del Niño Jesús se pueden apreciar las dos prolicromías, siendo la posterior la más antigua.

Otro de los elementos que guardan la policromía original de la imagen es el manto de la Virgen, en la parte posterior de la talla se puede apreciar el azul más intenso del trabajo de Cosme de Azcutia, tapado posteriormente por un color tirando a verde. También hay indicios del color dorado original tanto en el cabello de la Virgen como en el cabello del Niño Jesús, color que fue posteriormente cubierto por un tono marrón chocolate.

En el manto de la Virgen se aprecian los dos colores que ya forman parte de la talla restaurada, el azul más intenso forma parte del trabajo original de Cosme de Azcutia.

Desperfectos

Con el paso de los años, explica Luisa Castillo, la talla ha ido sufriendo los desperfectos del tiempo, como pérdidas de policromía, levantamientos del trabajo y suciedad adherida que se notaba en las ropajes de la Virgen, entre otros. No obstante, uno de los más graves ha sido reparar los daños por la carcoma en la zona de la peana, así como las grandes grietas tanto en la parte frontal y posterior de la imagen.

Antes y después de la restauración realizada por Arte8.

Como se puede observar en la imagen que hay sobre estas líneas, en la zona del muslo del Niño Jesús se había producido una profunda grieta y por seguridad de la talla, para que el daño no fuera a mayores, se ha reparado en el taller del que dispone Luisa Castillo en la segunda planta del Palacio de Gaudí.

Antes y después de la restauración.

Sobre estas líneas, otra imagen de las graves grietas que sufría la escultura antes de ser tratada para su exposición en el Museo de los Caminos, unas grietas que a la larga podrían profundizarse y perder la imagen sin posibilidad de recuperación.

Otra de las acciones llevada a cabo, se produce en los rostros de las dos figuras que componen la talla del siglo XVI. Durante el proceso de restauración, la experta descubrió que en ambos rostros se habían superpuesto dos narices que no correspondían con las de la escultura original de Francisco de la Maza. Se han retirado las superposiciones y se han restaurado los rostros tal y como el artista escultórico los plasmó sobre la madera.

La Virgen con el Niño ha conllevado un proceso de restauración de tres meses y medio, un trabajo que pretende mostrar la obra de arte creada en el siglo XVI por el escultor sin añadir detalles ni embellecer los materiales, a diferencia de lo que se haría con una pieza que mantenga su función en el culto de la Diócesis de Astorga. El objetivo principal ha sido detener el deterioro y reparar los daños que podrían provocar a la larga mayores problemas en la obra de arte.

Para su restauración, el equipo de Proceso Arte8 ha utilizado materiales reversibles e inocuos para la obra. Preparaciones de las expertas con materiales como los que se utilizaban en el siglo XVI y colores al agua con pigmentos naturales para la reintegración de los colores que se habían perdido. Además, el proceso lleva un acabado brillante, mate y satinado para que la obra quede protegida y no pierda el atisbo de su magnificencia original.

Luisa Castillo Vela explica el trabajo de restauración realizado sobre la talla procedente de San Esteban de Nogales.